Al llegar a la cima de la colina ya en “tierra firme”, nos percatamos que nadie nos esperaba😅, así que, decidimos continuar caminando hasta encontrar a alguien que nos diera alguna pista de la casa del señor Huatta, porque ya sabemos que en un lugar como Taquile todos se conocen, especialmente cuando viven allí desde hace muchos años. Por suerte, encontramos a un señor con su vestimenta típica taquileña, a quién preguntamos si conocía la casa del señor Héctor Huatta y, este nos dijo: “caminando unos minutos más encontraremos un cerco a la mano derecha y entrando deberíamos de seguir un camino lleno de animalitos que nos llevaría directamente a la casa de la familia Huatta”. También nos dijo: ¡Es imposible perderse! Con una gentileza propia de la gente de lugar.😁
Efectivamente, después de unos minutos llegamos a la casa del señor Héctor, su casa parecía un bosque lleno de plantas y vimos más animales de granja a lo lejos y otras casas más (también de la familia Huatta)😍. Normalmente cuando haces turismo tradicional no puedes ver estás lugares, pues no son lugares turísticos sino casas normales pero que guardan misterio y belleza para los que no venimos de estas zonas del Perú.
Llegando a la puerta nos recibió la matriarca de la familia, nos presentamos y nos comentó que su esposo nos esperaba en un puerto distinto (al parecer fue un problema de comunicación) nos pidió las disculpas de caso, pero nosotros no nos preocupamos mucho por aquello, ya que estábamos muy contentos de estar allí, así que, el incidente no fue un problema si no una aventura.🙌
La señora nos esperó con el almuerzo listo, su almuerzo se basó en trucha🐟 y en papas fritas con verduras sancochadas, acompañado de un té caliente para el frío, estábamos muy hambrientos así que comimos todo de inmediato. Después del almuerzo, nos dieron a escoger el dormitorio donde íbamos a dormir, así que escogimos la habitación más bonita, uno que tenía una vista hacia el Lago Titicaca. No puedo expresar con palabras lo hermoso de ese lugar (pero aquí les dejo las fotos para que se hagan una idea), los señores fueron muy cálidos y amables, se sentía la nobleza de sus corazones.
A la mañana siguiente, tuvimos un desayuno basado en huevos de granja revueltos, acompañados de panes serranos y una taza de café pasado☕. La mamá del señor Héctor tejía en su jardín unos telares que luego vendería en el mercado de artesanías de Taquile, nos explicó un poco sobre el proceso de los telares y la importancia que tiene esta técnica en la Isla de Taquile, ya que se viene aprendiendo de generación en generación.
En nuestro último día, nos dieron una vestimenta típica de Taquile, la cual podíamos usar para tomarnos unas fotos y recorrer la isla y, así, vivir la experiencia de vestirse como un taquileño. Sinceramente, fue una experiencia única y emocionante, lo que me hizo sentir aún más orgullosa de mis raíces peruanas y, también, agradecida de compartir un gran momento junto a mi familia y a la familia del señor Huatta.
Después, junto con el papá del señor Héctor, nos dirigimos hacia las playas de Taquile llamadas: Collota y Huayllano, caminamos y exploramos mientras el señor nos contaba un poco sobre la isla y cómo viven sus pobladores. Ya en las playas disfrutamos del descanso en unas sillas de playa que habían colocado algunos taquileños, vimos a lo lejos otros viajeros que se aventuraron a entrar a la playa, pero nosotros no quisimos ya que sentimos frío, las aguas son realmente heladas.
De vuelta en casa de Héctor, almorzamos y nos cambiamos de ropa para empezar nuestra caminata hacia el puerto más concurrido de la Isla de Taquile, en el camino pasamos por el Mirador Mulsina Pata y por otros miradores con arcos hechos de roca de la isla, puntos más altos de la Isla, en donde se puede apreciar el Lago Titicaca en todo su esplendor, el camino fue largo pero el cansancio valió la pena.😊
Llegando al puerto de Taquile nuestro amable guía (papá de Héctor) habló unas palabras con el dueño de una embarcación pública para que podamos tener acceso a unos asientos, ya sentados en la embarcación con rumbo al puerto de puno, descansamos un momento ya que el trayecto es largo, 3 horas aproximadamente, llegamos al puerto puneño a las 5:20 pm y agotados por una larga caminata llena de emociones decidimos ir a descansar al hotel para seguir con nuestro viaje por la ciudad de Puno al día siguiente🙌. Gracias por leer nuestra hermosa experiencia de 2 días 1 noche en casa de familia Huatta oriunda de Taquile.